Una vez hemos alcanzado esta luna, en la que la Constelación de Virgo, nos muestra el final de una etapa inicial en que se gestó la personalidad, se podrá trascender todo aquello que la propia experiencia nos brindó y nos ayudó a alcanzar quienes somos, pese a las dificultades y el dolor. Tras muchos y audaces logros, podremos gritar que seguimos vivos y sobre todo más sabios y cuerdos que antes jamás, pudimos imaginar, tras haber superado los más inimaginables malos tragos, que contribuyeron a que nuestro ego, se conectara más profundamente con el Amor verdadero, y así nuestra Alma comenzará a poder brillar.
La Bella Dama Virgo, quien a través de sus más refinados modales y deseos por alcanzar la máxima expresión de la Belleza-Perfección, no dudó en exigir y exigir, hasta vernos consternados por no conseguir alcanzar esa referencia suya de lo que es la belleza, pues fue tanta su insistencia y tan grave su crítica, que nos agotamos intentando plasmar esa exigencia y conseguir ser la propia expresión de la falsa perfección. Como sólo es capaz de ver el defecto y nunca de reconocer lo perfecto de todo, siempre busca el modo de rectificarlo todo, a ver si de ese modo consigue hacerlo mucho mejor y satisfacer a ese extraño ojo con el que lo mira escrupulosamente todo. Pues es capaz de detectar hasta la más ínfima mota de polvo, algo que la puede perturbar tanto, que siente cada día, haber fracasado. Tan pulcra y elegante como ella, jamás va nadie. La más fina y delicada, así es como se siente, además de ser la más educada, tanto, tanto que nunca lograrás alcanzarla. Cuando se equivoca, le importa mucho más conservar su dignidad que los efectos reales de su error, pues siempre hallará un culpable a quien otorgarle tal equivocación. Su sentido de la moral, la lleva a ser el patrón a imitar dentro de la sociedad, o eso se cree ella, que de tanto criticar, se le frunce el entrecejo.
Hasta que llega el día en el que ya no puede más. Agotada y sin más fuerzas que las suficientes para morir, por sentir que es imposible conseguir una realidad perfecta, debido a su alto nivel de sensibilidad, llega a caer enferma. Su rostro, que en otro momento fue enmascarado por el maquillaje, aparece tosco y envejecido. Sólo entonces reacciona y mirándose de frente al espejo, comienza a mirar dentro y a sentir ese gran Corazón, hallando en él la forma de desarrollar y expresar esa Belleza-Perfección que tanto anhela. La Bella Dama Virgo, deja de ver los defectos en los demás y en todo lo que le rodea, se presta a indagar en su propia y verdadera esencia, para así mostrarle a la humanidad la Luz de la Virtud, en vez de las tinieblas.