TRANSFORMACIÓN ARQUETÍPICA DE LAS CONSTELACIONES

SERIE: TRANSFORMACIÓN ARQUETÍPICA. CÓDIGOS DE LA NUEVA HUMANIDAD
Presentamos una serie de narraciones que se desarrollarán en la Nueva Tierra, historias sobre los procesos de transformación de la conciencia humana, relatadas por sus protagonistas. En estos relatos llenos de intención en la consecución de un nuevo paradigma, podremos sentir la gran capacidad humana, donde el amor incondicional, es el reflejo del duro proceso experiencial realizado.
Agradecemos que la información sea compartida. Equipo Seshat

Introducción a la Luna LLena en Capricornio. Serie: Transformación Arquetípica




En esta ocasión vamos a remontarnos a esa fuerza espiritual que sin plantearse lo contrario, se separa del grupo, arriesgando y poniendo en peligro su integridad, para subir a la cúspide y desde allí observar algo que desde la planicie es totalmente imposible de ver. El hecho de subir la cuesta por sí mismo, conlleva el alejamiento de todo aquello que formaba parte de su vida hasta el momento, pero que ha llegado la hora de abandonar. Siempre se encontrará con la oportunidad de regresar, pero siendo otro, jamás el mismo que partió. Esta es la naturaleza misma del padre, de ese padre ancestral que tenía la obligación de alejarse del poblado para buscar comida, que tenía que arriesgarse lejos de su tierra natal, para conocer otros mundos en los que expandirse y enriquecer así a su familia. Esta naturaleza capricorniana, en la actualidad es la que ha corrido el riesgo del descarrío, pues ese afán por descubrir nuevas fronteras, por traer a su familia cosas nuevas, se puede haber convertido en un poderoso grado de ambición por la fama y el éxito, tanto profesional como artístico. Y ese potencial, puede ser una gran forma de egoísmo por desear querer alcanzar un lugar de poder. La humildad no es la virtud esencial de esta fuerza, más bien todo lo contrario. Tras esa máscara de predisposición, se oculta un ser frío y calculador que es capaz de dejarte con lo puesto, por tal de ser él quien alcance y muestre todo aquello que considera que es lo mejor para todos, por supuesto, desde su perspectiva, sin tener en cuenta el sentir del otro, si lo que es incorrecto para él, es en cambio lo que hace más feliz al prójimo. En definitiva, tiene un problema con el permitirse ser, ya que puede ser un gran dominante, incapaz de ceder. Esa forma de padre al que todos en algún momento nos hemos revelado, sobre todo en la adolescencia, cuando el padre nos quiere imponer algo que va en contra de nuestro sentir. Sólo cuando nos enfrentamos a esta forma ancestral de poder y sabemos decirle que no, que ya no queremos vivir condicionados por su forma de “amor”, es cuando podemos emanciparnos de la casa del padre y descubrir qué es aquello tan espectacular y fantástico que se oculta en el hogar de la madre. Ese corazón que se ha hecho fuerte, gracias también a las heridas, pero que ha llegado el momento de mimar para que pueda continuar sosteniendo el amor incondicional. Es entonces, cuando Capricornio descubre a la madre y entre ambos crean la más bella alianza, basada en el amor verdadero. Es entonces cuando ella ocupa su lugar y la familia comienza por fin a brillar. La Luz aparece, gracias al amor que los congéneres se tienen y sólo desde esta noble expresión de entrega, se acaba toda lucha y toda forma de vida, basada en la competición. Ya no hay necesidad de ambición, pues el mayor anhelo para Capricornio, será que la Conciencia Crística fluya a través de su ser, convirtiendo toda expresión de falso poder en un mundo nuevo. Ese mundo que sólo habrá podido ver, penetrando en la cúspide de sus adentros, dejando a su mente ciega, para así poder ver. Entonces, desde la misma cúspide, clamará al cielo, todo aquello que brindó su ser y el cielo responderá, haciendo brillar su nombre cuando a ella le haya respetado y admirado su forma de crear hogar, nunca antes. Es así, porque así tuvo que ser.