Conozco la naturaleza de toda vida, pues soy la misma vida, tras la muerte que me conduce a una expresión superior. Conozco el Corazón del otro, sin forma ni imagen. A través de mi amplia experiencia conozco la perfección de Dios, lejos de toda forma. Soy el vehículo de expresión del Amor Incondicional. Soy la Vida misma fluyendo en los misterios de la Luz.
Nos colocamos en nuestro espacio sagrado…
Relajamos el cuerpo, comenzando por las extremidades, tronco y cabeza…
Nos conectamos con nuestro ritmo de respiración y con nuestro Corazón Sagrado…
Sentimos como nuestra esfera de conciencia, penetra dentro del Corazón, abriéndose paso lentamente…
Solicitamos la presencia de nuestro Séquito de Luz y visualizamos como nos acompañan estos magníficos seres en este precioso y mágico viaje…
Un increíble y poderoso haz de luz aparece proyectado desde lo más elevado de nuestro Ser y se instala asimismo en nuestro corazón. Es la voluntad de nuestro Ser Superior.
Ante nosotros, se abre una gran puerta de intensa luz dorada, en su centro hay un vórtice energético, tan poderoso y amoroso que sentimos ganas de penetrar en su interior.
Al permitirnos ser absorbidos, accedemos a un espacio en el que el silencio es absoluto. Y en este silencio, respiramos mientras nos conectamos con nuestro cuerpo de Luz. Ante nosotros aparecen incontables imágenes, en las que son proyectados todos nuestros logros como seres humanos. Nos sentimos agradecidos y orgullosos, de haber conseguido ser la expresión de lo más inmenso y poderoso, nuestro Gran Ser Espiritual… ese que en realidad siempre fuimos nosotros…
Todo se produce en el más absoluto silencio. Sentimos nuestro Espíritu más anclado que jamás antes lo hubiéramos sentido. Sentimos nuestra completitud y nos fundimos profundamente con ese sentimiento. Es tanto el Amor y la paz por lo que estamos viviendo, que un extraño éxtasis nos abraza, produciéndonos un estado de Amor tan puro, que no existe nada más en el Universo capaz de provocar ese sentimiento tan profundo…
Es el abrazo de Dios Padre y Madre…
(pequeña pausa)
De repente, una gigantesca cortina de agua en forma esférica, que parece brotar del cielo, da vida a un juego de luces de colores que se escapan de la mirada, tan pronto los detectas. Justo cuando el agua toca el suelo, hecho de cristal de morganita y vetas de piedra luna y selenita, vibra todo bajo nuestros pies, transportándonos a la Luna. Este lugar tan especial, es el espacio sagrado que la humanidad le ha brindado a la bella Dama que tanto a todos nos ayudó a evolucionar.
Los niños y niñas de Hetram, siempre escucharon hablar de ella y de su magia celestial, pero nunca la conocieron, pues cuando la ley dhármica actuó en la conciencia global, ella, cogió sus maletas y se fue a otro lugar, para continuar ayudando a la Conciencia Universal a evolucionar.
Según decían los antiguos, la Luna aparecía y se escondía y paulatinamente repetía esta acción, y cada vez que desaparecía se cambiaba de vestido y mostraba un nuevo aspecto que emanaba de su corazón.
De esos infinitos cambios dicen las leyendas, que se nutrieron todos los humanos, que con su bella música y su sapiencia, ella siempre los acunó cuando estuvieron necesitados y ahora, en recuerdo a aquellos días tan mágicos y sagrados, los hombres y mujeres de Hetram, le brindan a Selene una emocionante y espectacular obra de arte, para que nadie nunca de ella se pueda olvidar.
Atentos… vamos a penetrar en el Templo…
Cuando en este hogar penetras, casi nunca tienes ganas de marchar, es tan especial su múltiple esencia que sólo deseas quedarte y aguardar. Y si lo haces, puedes verla a parecer…
Silencio, ahí llega…
Ante nuestros corazones aparece la Dama que en su magia, hace acto de presencia. Ella es alta y esbelta. Viste ropaje de hilo de plata con destellos de estrellas. Su tez es blanca y su melena azulada, de azules entre claros e intensos por los que se deslizan pequeños haces de un blanco profundo con aroma de flores e incienso. Su caminar es sereno y volátil, tan sutil que nos eleva a un mundo plagado de estrellas donde los sentimientos se mezclan con todos los tipos de expresión de la conciencia.
- Selene!!! - le decimos, advirtiéndola de nuestra presencia.
Se gira y nos mira de frente, es entonces cuando logramos penetrar en ella. Sus ojos en los que se vuelcan todas las aguas de la naturaleza, son de un azul intenso tanto que tras esa mar serena, alcanzamos las profundidades de todo lo que a través de Ella, la humanidad adquirió como escuela.
Si estamos atentos, algo nos va a entregar, es un precioso mensaje que nos transportará a cada uno de nosotros donde tengamos que llegar…
Estar atentos… pues el mensaje va a llegar…
(pausa)
Recibido nuestro mensaje, cada uno se hace consciente de aquello que tan intensamente ha deseado transmitirnos, este ancestral aspecto de la Madre.
Con el agradecimiento y con todo nuestro Amor, vamos a aprovechar la intensidad de este momento para continuar conectados a nuestros más profundos sentimientos. Observamos cómo absolutamente todo lo que somos y toda nuestra consciencia, quedan sumergidas en ese mágico silencio que nos conecta con las más profundas emociones que somos capaces de soportar. Este sentimiento nos informa de que Escorpio está muy cerca y con él toda su verdad. Es un grato día, pues hemos visto a la Luna por vez primera y ahora vamos a conocer al hombre, que lo más profundo e intenso de Ella quiso conocer.
Los niños y niñas, están muy contentos, saben que después de esta jornada, todo en su mundo será mucho más rico e intenso. Entre todos ejercen tal grata nube de simpatía y entrega, que cuando ven aparecer a aquella chica, se quedan boquiabiertos.
Una de las niñas más espabiladas, rápido deduce, quien es la Dama que les acompaña:
- Hola Tauro, como has cambiado!!! – exclama - ahora tu aura ya no pesa tanto. Veo como la Luz es tu gran guía. Nos alegramos mucho de verte de nuevo. Eres bienvenida – sentenció, dándole un profundo abrazo a Tauro.
Tauro, entusiasmada por volver a compartir con aquellos especiales seres, la experiencia que les aguarda, muestra su ternura, provocando un fuerte abrazo en el que participan todos. El fuego de sus corazones, se une y unidos resuenan, mientras a esa frecuencia se une el Caballero más preciado de todo el Reino. La Luz que trae consigo, es tan venerable que un sosiego se instala en ese silencio que a todos les aguarda.
Y mientras Escorpio toma las riendas, disfrutan de ese instante en el que la noche más eterna, es en realidad la más bella Luz que todo lo invade.
- Como ya sabéis, soy Escorpio y vengo a comunicaros como evolucionó mi Ser, desde lo más ingrato hasta lo que podéis ahora ver. – Escorpio, fijó su profunda mirada en los ojos de todos los presentes, penetrando en sus corazones, sin nada que esconder.
Tauro, se sentó a su lado y con su halo de ternura, le acarició el rostro, provocando que la vibración de aquella reacción, les alcanzara a todos. Antes de que él comenzara, quiso comentar algo:
- La Luz de mi Mente, fue revelada gracias al Amor que Escorpio me brindara. Ahora soy yo quien acudo en su día, para juntos formar una única melodía, – sus palabras fueron tan tiernas, que a punto estuvieron algunos de derramar unas lágrimas, pues era un gozo ser testigos del verdadero Amor que se tenían.
Con esa gran paz que delataban sus rostros, comenzó el Caballero Escorpio a narrar sus truculentos sentimientos que le condujeron a ser quien hoy en día era. Y así comenzó diciendo:
- El empecinamiento por no dejar que mis deseos me consiguieran dominar, fue el gran logro que le brindé a mi Ser. Cada uno de mis días, luché con esas emociones, muchas veces innobles que me llevaban una y otra vez, a las más absurdas excentricidades, sólo por conseguir inflarme de placer. – Comenzó explicándose, consciente de la causa-efecto de sus insatisfechos deseos -. Entre esos motores que removían mis adentros, una y otra vez, la oscuridad me acorralaba, para inducirme a ver, más allá de ellos. Aquellos largos días y largas noches, sumida mi mente en el desgarro del egoísmo de mis sueños, fueron una escuela para mí.
- Cómo puede ser eso…? – dijo la niña muy extrañada, casi en un grito -. Escorpio, no lo entiendo, una escuela el dolor de tus adentros…?
- Soy un Ser muy emocional y sólo consigo moverme a través de aquellas emociones que me conducen a uno u otro lugar. Me sumerjo en ese flujo, que de tan caudaloso y mágico, a veces se convierte en trágico. Y en cada desasosiego, me miro, me veo y después con el alma en duelo, muero. Y lo hago porque tras el morir de mi sentir, avanzo a un mundo nuevo, en el que ese sentir, me somete de nuevo – concluyó dejando a todos boquiabiertos por tanta emoción.
Los niños y niñas estaban embelesados por la forma a la que había recurrido aquel mágico caballero para descubrir la vida. Era por tanto, un Señor con mucha sabiduría, pues había madurado tanto por medio del sentir, que en su Ser yacía una gran capacidad para identificar y discernir. Y eso lo hacía aún más mágico.
- Y así, vida tras vida, después de cada muerte, transformo la oscuridad de mis emociones, en frágiles chispas de vida, que me muestran que por la vida jamás debe pasarse de puntillas. No podría concebir mi Ser, caminar únicamente por la superficie, sin penetrar en lo recóndito de las pasiones que nos ayudan a envejecer, tras superar cada prueba, pues es lo único que en la vida, en realidad nos diviniza.
- Explícanos que significaba para ti morir…? Te cuento… es que para nosotros aquí, en Hetram, morimos de ancianidad y no conocemos otros extremos que no sean estos – confesó la pequeña, que más que una niña, parecía una experta.
- Existen múltiples formas de morir. Se puede morir de dolor, se puede morir de temor, se puede morir por falta de amor. Se puede morir por no aceptar que tienes que vivir en un cuerpo. Las múltiples complejidades del Ser, cuando todavía no se ha elevado al estado que vosotros conocéis, te someten a una lucha constante entre el sentir de lo inferior, o el sentir de lo superior, como formas extremas de vida. El instinto era lo que nos conducía a morir cada día, tras expresar el horror de ese aspecto animal, sólo entonces conectados con lo visceral, nos podíamos transformar.
- Instinto, que es el instinto…? Nos lo puedes aclarar, nunca antes lo habíamos oído – inquirió la niña que sentía una gran conexión con la sabiduría que Escorpio compartía ese día con todos ellos.
- El instinto es un gran fuego interno que se activa sin más, como una reacción hacia algo que no se puede controlar. Es una fuerza que te alarma cuando el alma cree que existe un peligro, es una energía tan rápida que no te da tiempo para nada más. Es un sentir intenso que pretende conectarnos con nuestro fuero interno, para tras ese fuego, contemplar la causa-efecto que desencadena ese sentimiento tan intenso, que en muchas ocasiones puede herir a los demás, sino somos capaces de cada día confiar en la vida un poco más y cejar para dirigirlo hacia un objetivo real.
- Y cuál es ese objetivo…?
- Ese objetivo no es más que la voluntad de proyectar nuestra gran creatividad. Esa fuerza instintiva puesta al servicio de la Luz, es la forma más magnífica de sapiencia, pues a través de ella puedes comunicarte con múltiples formas y realidades, que lejos de todo instinto animal te conectan con el fuego de la creación, para poder así a todos deleitar desde lo más profundo del Corazón.
Tauro, enamorada le interrumpió brevemente:
- Es el misterio que encierran sus ojos, la expresión de su anciana alma, lo que te conducen a mirar donde en realidad, tenemos que ver. Sólo entonces la Luz del Ser, penetrará y juntos, sin ya más oscuridad que temer, todo se revelará – concretó, continuando con unas suaves caricias sobre el rostro impecable de su Amado Caballero -. Una vez la Luz revelada en el Ser, la Creación será la más elevada forma de expresión que todos podamos ver en él. Os lo puedo garantizar, - concluyó con palpables lágrimas de Amor en su Corazón.
- Entonces, según entiendo, descubriste la evolución de la vida sintiendo y transformando ese sentir, no es cierto…? – quiso saber la niña, que intentaba comprender los misterios de la vida de este Ser.
- Si, es así. Eso fue lo que me hizo comprender lo divino de la vida, que tras cada forma se oculta una mayor verdad y que tras cada muerte es el alma quien te lleva a emprender un nuevo viaje, que te transportará a sentir con más amor e intensidad. Cómo me lo iba a perder…? Sería imposible para mí saber, que existen nuevos horizontes en los que madurar y no permitírmelos vivir con intensidad, sólo por el miedo a morir.
- Qué extraordinario haber sacrificado tanto. La Vida responde con la misma fuerza que cada uno le pone. Eso lo aprendemos en la escuela – quiso compartir la niña su experiencia -. Gracias Escorpio por haber contribuido con tanta valentía.
Los niños y niñas también felicitaron al caballero que rápido se conmovió por la emoción del momento. Tauro, una vez más quiso aportar algo.
- Es nuestro propósito compartir con todos vosotros nuestra sinfonía, pues nos gustaría haceros conscientes de la capacidad de transformación que tenemos. A través de esta fuerza de impulso que hemos desarrollado, nuestra capacidad de renovación, como ha quedado claro, es nuestra forma de crecimiento. Es por todo ello, que en ese flujo continuo de acontecimientos, lo experimentado es derramado en todas direcciones, ahí es cuando el soneto emite la más fuerte Luz y en ese ensalzamiento, se produce la iluminación – concretó mientras los niños y niñas sentían perfectamente la música de aquella sinfonía.
Escorpio, agradecido enormemente por la consecución del equilibrio de su Ser, sintió la eternidad en propia piel, no vaciló en volcar todo su aprendizaje en la totalidad de la humanidad. Esa era su función y esa su Sabiduría…
Fue entonces cuando la luz del Señor vibró. Fue tanta su vibración, que todo en el Universo se alegró por la maduración que Escorpio consiguió hacer a través de evolucionar las más íntimas emociones del Ser.
Por eso, ahora puedo decir:
- Conozco la naturaleza de toda vida, pues soy la misma vida, tras la muerte que me conduce a una expresión superior. Conozco el Corazón del otro, sin forma ni imagen. A través de mi amplia experiencia conozco la perfección de Dios, lejos de toda forma. Soy el vehículo de expresión del Amor Incondicional. Soy la Vida misma fluyendo en los misterios de la Luz.
Los niños y niñas sonrieron más alegres y contentos que nunca, pues esa era una sabiduría con la que ya nacieron, nunca antes se les había ocurrido que los humanos nacieran sin la cualidad de la constante transformación, eso tan imprescindible, que los conduce a la verdad que se oculta tras la manifestación.
(pausa)
Durante el relato, habían permanecido en el Templo de Selene y tan pronto advirtieron que Escorpio y Tauro habían acabado con su exposición, se dieron cuenta de que algo tuvo que ocurrir en el planeta, cuando la Luna concluyó con su etapa en la Tierra.
Fue entonces cuando uno de los niños preguntó:
- Qué le ocurrió a la conciencia tras aquel día en el que Selene viajó a otras galaxias…?
El pequeño tenía razón en preguntárselo y así tras la curiosidad que en todos había despertado, Hanut quiso explicarlo:
- Todo comenzó, tras la mutua entrega que Aries y Libra hicieron, desde el Corazón. La unión de ambos, desencadenó los acontecimientos. Fue entonces cuando la noble y bella expresión de la manifestación planetaria, que como sabéis su nombre era Gaia, comenzó su sagrada iniciación.
Hanut, se dispuso a comentar todo el proceso y así siguió diciendo:
- El Corazón de Gaia penetró en un mundo de ensueño, y mientras todo en su Ser se transformaba, cada aspecto trabajaba para que todo tras la inminente muerte, renaciera de nuevo. El Alma del Planeta penetró en su Sagrado Corazón y emulando su ancianidad, conectado con todo lo ancestral, se sumió en un beneplácito cántico, cuyo verbo comunicaba a todos y cada uno de los implicados en el proceso, que la muerte era ya un hecho.
Quien en primera instancia acudió a la llamada, fue el Alma femenina, miles de veces encarnada en el cuerpo de Gaia. La ardua mujer, de nombre Handirae, se arrodilló ante la joven, que tanto amor le brindó y mientras Shutram cantaba, ella lloraba de pura compasión.
Ante semejantes sentimientos, todo en el Cosmos se alertó, fue el Gran Señor de las Huestes, quien con su Orden se presentó. La llamada que todos en la galaxia estaban esperando, se había producido. El planeta se había adormecido, era pues el momento de actuar.
Hanut, que hablaba con los ojos entrecerrados, rememorando aquella época tan importante para todos, observó como los niños y niñas, así como los mayores, estaban embelesados escuchando la historia, que provocó la ascensión de todos. Hetram y ellos eran la consecuencia de la resurrección tras el importante deceso.
- Qué ocurrió…? Qué hizo Miguel…? Cómo colaboró…? – el niño de antes, con algo de impaciencia, incitó a Hanut para que continuara con la explicación.
- Llegado el momento, Miguel blandió su espada, en el mismo Corazón de Gaia. Tras que la propia Ley actuara en todo el Ser, infinitas águilas procedentes de su Orden, acudieron a apoyar el proceso. La presencia de Miguel en aquellos delicados momentos que se estaban viviendo en el planeta, era la única fuerza capaz de sostener, al inmenso ser egoico que no estaba dispuesto a participar en el ascenso. Todas las almas, pudieron sentir como el poder de la conciencia de Miguel, se apoderaba del Reino.
Finalizado el proceso, Shutram dejó Gaia y con toda su gratitud, se fue a Hetram – al sentir aquello, muchos niños y niñas hicieron una exclamación, pues conocían muy bien a aquel Señor, pero nunca supieron de donde había venido -. Aquí le esperaba una bellísima Dama, a quien conocéis muy bien. Como sabéis ella es Heraum, nuestra Divina Madre. De ello hablaremos en otro momento – aclaró Hanut, para volver a centrarse en el proceso de Gaia.
El Cosmos inició así mismo su propia traslación y ello consistía en alinear el eje entre el cuerpo que moría y el que iba a nacer. Para ello se recibió el mandato del propio Dios, quien solicitó que se generara un canal para que sucediera el más increíble evento. Muchos pudieron ser testigos de cómo el eje del planeta se modificó, alineándose con Alcyone, el mismísimo Sol y tras esa alineación, apareció en el canal, la proyección del nuevo planeta Hetram.
Los niños y niñas exclamaron de alegría al sentir como nació el planeta que les permitía expresar la vida. Estaban muy orgullosos de toda su naturaleza y de todo lo que les ofrecía, tanto que siempre le brindaban las más profundas muestras del amor que le tenían.
- Muchas entidades enviadas por el propio Logos, se encargaron durante todo el tiempo de sostener ese canal por el que la más inmensa Luz, iba a penetrar. La Gran Bendición Espiritual estaba a punto de producirse – se explicó Hanut, emocionada recordando ese pasado tan inquietante y dulce -. El momento se acercaba. Todo ocurriría en el plenilunio del mes de mayo, del último año que marcaba el final de una era y de un año galáctico. Tras el mandato de lo supremo, y tras la experiencia de lo inferior, el Ser de la Gran Madre iba a señalar el novedoso proceso. Ella era quien en su presencia, iba a expresarse a través de la conciencia de esa nueva humanidad. Todos en la Tierra, estaban deseosos de que Gaiatra, interviniera.
- Gaiatra, nuestra abuela!!! Hemos sentido hablar mucho de ella. A veces si cierras fuerte los ojos, puedes incluso verla. Siempre tiene una gran sonrisa que ofrecerte, además de sabia es la anciana más estupenda, es muy guapa, me encanta hablar con ella!!! – dijo la niña de antes, entusiasmada al hablar de la maternal Gaiatra.
Tras la narración de cómo se produjo la Gran Iniciación del planeta, a Hanut se le ocurrió que revivieran el momento. Todos se mostraron de acuerdo y sin más, se remontaron al pasado.
- La Luna de Escorpio había alcanzado su máxima fuerza. Selene, preparada asintió con un ligero gesto de cabeza. Tauro, quien se colocó en frente, conectó con su amado y entre ambos una poderosa fuerza se desencadenó. El canal entre Gaia y Hetram, era visible ante los corazones puros. Todo ello era señal de que la triste muerte se iba a materializar. Handirae colocó a Gaia contra su pecho. Mientras los cánticos de Shutram acunaban el firmamento para que la joven pudiera descansar en paz. Una fuerte sacudida invadió su inerte cuerpo. Su Gran Ser, le había dado la orden de volver. Gaia acababa de fallecer. Un atroz dolor, se apoderó de todo aquel que le tuvo tanto amor. Fue el Cosmos, en su totalidad, quien no cejó de llorar durante tiempo su muerte, pese a que iba a renacer de nuevo.
Hanut cogió aire, para poder continuar, pues ella al igual que hizo en su momento Lilihabel, tuvo que fallecer para permitir entrar a lo nuevo y eso era algo que siempre se tenía que agradecer.
- En el mismo instante en el que todo esto ocurrió, comenzó la gran bendición que el Logos nos regaló. Gaitra descendió por el canal, trayendo consigo la iluminación de lo esencial, de eso esencial que hay en todos los seres vivos. Su halo nos cubrió a todos y la mayor humildad que os podáis imaginar, encontró su hogar en nuestro corazón. La Gran Madre Divina, portando consigo el Divino Espíritu de Paz, conmovió a todos los átomos de nuestro Cosmos. Esa fue su voluntad y esta la gratitud de todos nosotros. Es ahora el momento de sentir con todo nuestro amor a flor de piel, como se integró su Luz, convirtiéndonos en lo que hoy somos.
Mientras nuestro Ser, revive esta Bendición de la Gran Madre, sentimos como toda su energía se ancla en la totalidad del planeta, siendo consecuentes de que la Paz es el gran espíritu que reina.
Nos quedamos respirando profundamente y con todos nuestros sentidos abiertos a esta fuerza, gozamos del momento…
(pausa)
Conscientes de la intensidad del día, con claridad ante las transformaciones a las que todo está sometido para renacer de nuevo, alertamos de que es el momento de regresar. Sin perturbar el silencio y la paz que lo invade todo, dejamos este mágico lugar…
Y poco a poco, sentimos como regresamos…
El vórtice de luz aparece de nuevo ante nosotros…
Sentimos su mágica atracción y nos sumergimos en su interior…
Entramos de nuevo en el más profundo silencio y poco a poco, de vuelta a nuestro Corazón Sagrado, sentimos como la burbuja de conciencia, se eleva y nos conecta con nuestro cuerpo de nuevo…
Sentimos las extremidades, el tronco y la cabeza y lentamente podemos ir abriendo los ojos…
Feliz Luna Llena a Todos…